Viernes 12 Agosto 2005.- A las 06.30 nos encontramos en la Copec de Costanera Norte, los cinco canqueteros que iniciábamos el viaje al norte: Candice Conger, Willy Quiroz, Pancho Badía, Rafael Reyes y Claudio Rubio. Después de unas doce horas de viaje llegamos a Copiapó, a la casa de huéspedes de la minera Candelaria, en donde nos acomodamos con gran ?dignidad? en dos casas y fuimos muy bien atendidos por Rasmusen y Cía. Esa noche, fiesta huasa, con cuecas y todo.
Sábado 13.- En la mañana viaje al interior del valle de Copiapó, regreso almuerzo y en la tarde desplazamientos locales. Buenos vinos nos amenizaron la cena de esa noche en casa de huéspedes.
Domingo 14.- Salida temprano en la mañana con destino a Mejillones. Los 400 Km. entre Chañaral y Antofagasta, con parada para reabastecimiento y almuerzo en Aguas Verdes, fueron bastante llevaderos, con varias paradas para las fotos de rigor. La llegada a Antofagasta casi con el crepúsculo nos hizo viajar de noche los últimos 65 Km hasta Mejillones, en donde alojamos en el Hotel del mismo nombre. Salimos a comer a un restaurante local muy bien atendidos.
Lunes 15.- Salida nuevamente temprano en la mañana, vía Tocopilla por el camino costero hasta Iquique. Llegada con luz de día y alojamiento en el Hotel Cavancha frente al Casino. Corta visita a la ZOFRI, en donde no encontramos nada que valiera la pena. Regreso al hotel y de ahí caminando al Restaurante Don Rodrigo en la península. Buenísima cena, bien regada, conversada y disfrutada a concho.
Martes 16.- Una partida de tres miembros del equipo intenta cumplir la meta de Colchane, subiendo por la quebrada de Tarapacá, en donde son testigos del daño que produjo el terremoto de hace unos meses atrás. Regresan vía Pica, la Tirana y Alto Hospicio. Esa noche somos invitados por el harlista local, Michelle Serré a su casa en Waikike, también dañada por le terremoto, a pesar de ser nueva. Muy bien atendidos con finos vinos, delicados quesos y otras exquisiteces. De regreso un corto paseo turístico por el centro de la ciudad.
Miércoles 17.- Se inicia el regreso vía Tocopilla nuevamente ahora hacia San Pedro de Atacama. Una pana de batería en Pabellón de Pica, nos hace recurrir a Michelle quien facilita la suya y el equipo, dividido en dos grupos de tres y dos, llega finalmente a su destino en el atardecer del Salar de Atacama, con luna casi llena. Nos alojamos en la Quinta Adela, atendida por sus dueños don Jaime Avilés y Sra. Salimos a comer a un pub local; el lugar con muchos turistas, especialmente extranjeros.
Jueves 18.- Viajamos a Toconao y Socaire por el costado este del Salar de Atacama, disfrutando de un día de sol esplendoroso. De regreso nos desviamos por el camino a Alto Jama en donde alcanzamos el desvio al paso cordillerano hacia Bolivia. Una bonita experiencia de ascenso hasta más de 14.000 pies y cambio violento de temperatura. Gran exigencia para las motos que resisten bastante bien, con algunas leves demostraciones del esfuerzo realizado. Regreso a San Pedro, almuerzo en un restaurante a cielo abierto. Corto recorrido hacia la Cordillera de la Sal y regreso a nuestra hospedería. Unas piscolas nos acompañan en una entretenida sesión de chistes, para despedirnos de ese lugar.
Viernes 19.- Salida temprano con destino a Taltal, vía Calama y Antofagasta. Algunas impurezas en la bencina obstruyen el paso del combustible en una de las motos, lo que se soluciona con pocos recursos y mucha habilidad. Al pasar por Portezuelo, entre Salar del Carmen y La Negra una tormenta de arena nos dificulta el paso. Aguas Verdes vuelve a ser nuestro lugar de reabastecimiento. La llegada a Taltal en el atardecer y alojamiento en Caleta Hueso, en unas cabañas mirando al mar, con luna llena. Corto recorrido por la ciudad, compras para el desayuno, reabastecimiento de combustible, dinero del Redbank y mucha expectación entre los lugareños. Aperitivo en la terraza de una de las cabañas. Comida en un restaurante local; platos gigantes con congrio frito y cojinova. Regreso al lugar de alojamiento y un Chivas Reagal nos permite despedirnos como grupo ya que será la última noche solos.
Sábado 20.- Desayuno en la terraza de una de las cabañas y partida temprano para intentar llegar a La Serena con luz de día. Algo de camanchaca nos sorprende al llegar al empalme con la ruta 5. Nuevamente regresan las impurezas a la misma moto cuando ya estábamos por llegar a Chañaral. Después de algunos intentos por resolverlo como el día anterior, se decide tractarla los últimos kilómetros. Un compresor del servicentro Shell permite resolver definitivamente el problema y de ahí en adelante cero faltas. Quedan atrás, Caldera, Copiapó, Vallenar y llegamos a La Serena, alrededor de las 5.30 horas, diez minutos después que lo hicieran nuestros amigos Red y Marcelo del Río quienes vinieron a nuestro encuentro. Alojamos en el Jardín del Mar y salimos esa última noche los siete al Restaurante Martín Fierro, en donde disfrutamos de la calidad de la parrilla argentina.
Domingo 21.- El último día de viaje, con un grupo de siete motos, inicia la fase final del viaje, para cubrir los 470 Km. que separan a La Serena de Santiago. Con las obligada paradas en Socos, Los Vilos y La calera para reabastecerse de combustible y el Huentelauquén para degustar las empanadas de queso, nos permite entrar a Santiago alrededor de las 15.30, con un total de más de 5.000 Km. recorridos, sin ningún accidente, con un cúmulo de experiencias obtenidas y una amistad más acrecentada, para seguir recorriendo los caminos de Chile. Un paseo realmente inolvidable.
No me pidan que les explique más porque no lo entenderían. Había que ?puro? vivirlo.
Hasta la próxima.