El título de este reportaje se debe a que el último Saturday race, perdón ride, tuvo de todo.
En primer lugar al fin vamos a saber cuánto ruido se escucha en el departamento del frente de la tienda; esperemos que Police nos lo reporte, porque nos imaginamos estaba allí, pasando el frío, ya que no llegó a la cita nuestra.
El itinerario es más fácil verlo en el mapa de la primera foto de Pancho. El recorrido tuvo una peculiaridad muy especial: pasamos dos veces por el acceso a la cuesta de la Dormida y no nos encaramamos en ella. A la ida por Til Til (acceso este) y al regreso por el desvío a Limache-Olmué (acceso oeste). En otras ocasiones, ya sea viniendo de La Serena o de Concepción, o de Portillo o de Viña nos hemos arreglado para pasar esa cuesta y esta vez nada. Esto fue "incredible'!!! Otra curiosidad fue que el grupo de 9 (Pancho, Willy, Red, Candice, Carlos, Marcelo, Gianfranco, Rafael y este corresponsal) pasó por un control policial y adivinen quien fue al único que detuvieron: al líder, Willy; motivo: ir hueviando de lado a lado por la carretera; menos mal que fue franco y se los reconoció y obtuvo su libertad en breve.
Al llegar a Horcón, que ha crecido una enormidad, como se puede apreciar en las fotos, y que ya no tiene nudistas, ni hippies vendiendo artesanía, sino que sólo hay Parapentes y le construyeron otro Marbella arriba, nos detuvimos en el Restaurante la Tasca de Altamar, el líder que aún no se reponía del susto con carabineros, junto con Kamikaze, se bajó a negociar el precio con la rucia dueña del lugar; resultado de la gestión "comercial": una presa de pescado frito con papas, nos costó 10 lucas y la media langosta viva costaba 11 ( el pescado estaba decididamente muerto, al menos el mío que me cayó mal). Pero no importa, nos regalaron el pisco sour (sic). Para acompañarlo se nos ofreció calamares con mayo; Red se hizo cargo de la mayo.
Es costumbre, y por cierto muy sana, el parar de regreso en algún lugar taquillero del camino para disfrutar un helado. Esta vez se decidió el Balneario de moda (pero de moda para la gente de Loncura y Ventana) "Quinteros", en donde nos encontramos con la taquilla misma; un recorrido de extremo a extremo nos permitió encontrarnos con al menos 8 personas: el del servicentro a la entrada, dos dueñas de casa que copuchaban de lo lindo y ni nos pescaron, un mozo de restaurante que insistía en que pasáramos a comer un "cardillo", un estacionador de autos al fondo, que quería propina por dejar darnos la vuelta en "su territorio" , dos cabros chicos en la plaza y un pescador borracho; a lo mejor debimos haber seguido a Candice que se pasó de largo en el desvío y a lo mejor habríamos llegado al menos a Concón. Al final no hubo helado.
Regreso por Valle Alegre, foto del grupo con gran angular en un hermoso recodo del camino, y de allí Quillota, Calera, Ruta 5, Costanera Norte hasta la Copec del Sur-Este. Ultima parada, todos reportándose a casa y Red nuevamente hace su última gracia, esta vez con su chocolate caliente.
A proposición de algunos, nos quedamos de juntar el Domingo a las 10.30 A.M. para un corto paseo por Costanera Norte, hasta la Copec del extremo oeste y regreso a las 12.30. La concurrencia fue tan menguada con respecto a los comprometidos, que no amerita ningún comentario de este corresponsal. Gracias Rafa por acompañarme al Cerro.
Hasta la próxima, que la organiza la tienda y es en Los Andes.