Uspallata por el día

Nos juntamos Willy, Titi, mi hermano Felipe y yo, muy temprano en la Copec donde parte la Ruta San Martín. La mañana un poco nublada, con una temperatura agradable. Habíamos visto los meteo y a lo más pensábamos que tendríamos un par de gotas cruzando la cordillera, pero nada de eso sucedió. Un cafecito, unas red bull y la correspondiente meadita para partir puntualmente a las 8:00 muy expectantes y entusiasmados por el raid que teníamos por delante.

Hicimos a muy buena velocidad el camino hasta Los Andes, disfrutando el comienzo del día que se mostraba con algunas nubes y hasta un poco de neblina media cagona en algunos tramos. A la altura del puerto seco, saliendo del by pass de los andes hacia portillo, veo por mi espejo que se nos pega una multipropósito que sigue nuestro ritmo de ascenso hasta que nos detuvimos en la copec de guardia vieja a rellenar los estanques de algunos, por siaca. Ahí nos dimos cuenta que el de la moto era Marcelo Depetris, que había llegado unos minutos tarde al punto de salida. Gran sorpresa y alegría, no sabíamos que vendría. Me mando la segunda corta del día y seguimos viaje. Era temprano, un poco pasadas las 9, y hablamos la posibilidad de seguir un poco al sur de nuestro destino, antes de almorzar, para sacarnos las ganas de manejar y saborear las curvas que tiene ese sector.

Al pasar por fuera de la aduana Chilena (dónde no hay que detenerse) vimos una gran congestión, lo que me hizo pensar que a la vuelta tendríamos que tener paciencia. La aduana Argentina fue un agrado. Con sólo un par de vehículos delante nuestro, nos sacamos la lotería, no fueron más de 30 min. A esa altura, ya había un precioso sol, que invitaba a iniciar el descenso, nos picaban las manos. Tercera y cuarta meadita, todos listos y partimos nuevamente. Nos cruzamos, durante todo el trayecto con grupos de motoristas que nos saludaban afectuosos, era una sensación agradable sentir esa camaradería y compartir ese hermoso día. La bajada estuvo genial, excelente temperatura, la carretera muy buena, dibujando el camino con nuestras motos, pegando unas aserruchadas, adelantando autos, disfrutando los túneles y la vista.

Al llegar a Uspallata nos llamó la atención la gran fila de vehículos que había en la bencinera. Era temprano, así es que de acuerdo a lo que habíamos dicho, seguimos avanzando por el pueblo. Al pasar por la Shell (segunda bomba) nos dimos cuenta que estaba sin combustible. Un poco más allá, cargamos bencina en la última estación antes de salir del pueblo, que no tenía tanta afluencia como la primera. Avanzamos como 30 kms más, pasando túneles y curvas, observando el río Mendoza a nuestra izquierda con algunas balsas que hacían rafting. Tipo 12:20, nos empezó a dar hambre y nos detuvimos a estirar las piernas, observar el río, unos puchitos, más meaditas, y comentar lo entrete del paseo. Casi habíamos llegado a potrerillos y estábamos a unos 80 kms de Mendoza… Media vuelta, y a desandar lo recorrido, saboreando el paisaje, las curvas, los adelantamientos, los saludos que se repetían….

Al llegar nuevamente a Uspallata, nos sentamos afuera bajo unos árboles, con una temperatura exquisita, en nuestra ya clásica parada. no faltaron los bife chorizo a punto, las papas fritas y las ensaladas. Apovechamos la ocasión para mirar y comentar un mapa rutero gringo que andaba trayendo, para ver y soñar un poquito con nuestro gran viaje de septiembre… Recorrimos la ruta todo lo que pudimos, aunque Willy no fue gran aporte porque no llevó los anteojos, tenía los brazos cortos. Buscamos los puntos de alojamiento, miramos las rutas y comentamos todo lo que pudimos, fue muy entretenido.

Después de la sobremesa, queríamos llevar algunas golosinas de recuerdo, así es que recorrimos el pueblo en moto buscando turrones y cosas así, pero nos fue mal porque estaba casi todo cerrado, así es que sin más preámbulo partimos de regreso. La subida estuvo genial, algunos tramos con un viento cruzado bastante fuerte, que hacía que cuando nos enfrentábamos a un camión que venía rápido, sentíamos un pencazo que nos movía enteros. Antes de llegar a la aduana encontramos unos locales donde comprar turrones y alfajores. Nuevamente, y como en casi cada parada, se nos acercó gente a saludarnos, mirar las joyitas, sacarse unas fotos y desearnos suerte. Esta vez eran unos argentinos que también andaban motorizados. Al pasar por fuera de la aduana Argentina, esta vez había una gran fila, de varias cuadras. Pasamos felices pensando que cuando habíamos entrado en la mañana, no había nadie. Y, la mansa cuevita, cuando llegamos a la Chilena, en nuestra fila habían unos 4 autos… Increíble, nuevamente nos demoramos menos de 40 min, y siempre anduvimos en contra de la corriente, la gran masa se movía justamente en contra de nuestro¡¡¡.. Nos abrigamos un poquito y empezamos el descenso, disfrutando las curvas. Al poco rato, Marcelo se puso nervioso y salió disparado adelantándonos a todos, seguido por mi hermano Felipe, los que se nos perdieron en un abrir y cerrar de ojos. Nosotros a buen ritmo, seguimos bajando hasta llegar nuevamente a la Copec de Guardia Vieja. El parcito ya había echado bencina,se habían desabrigado y se estaban terminando un heladito y unas bebidas, jajaj, parece que no tomaron las curvas y se vinieron derecho¡¡..

De ahí, de una hasta la coqueto donde nos tomamos unos cortaditos, helados y para la casa… Increíble experiencia, cruzar la cordillera dos veces el mismo día, 580 kms de pura emoción, quedamos con los ojos llenos de curvas, cerros, cielo azul, nubes, aire cordillerano… Inolvidable¡¡¡