sábado, septiembre 06, 2008

Canqueto Norte 08 Dia 7 San Pedro - TalTal


Dia 7

Ahora si que empezábamos a volver. Atrás quedaba Salta, Jujuy, Purmamarca, el cerro de los 7 colores. Pero la milanesa de memello que me comí en Argentina, viajaría conmigo al menos por un par de días más. Bueno… Mambito también se comió una y la acompañó con un bonsonete pero a él no le hizo mal. Se la tragó de una y con una sonrisa.

Ese día en la mañana si que hacía frío. Temprano empezaron a aparecer los Canquetos en viaje para el proceso de limpieza de las motos. El agua en las motos se llegaba a congelar, por lo que un trapito húmedo era suficiente.

El desayuno, como siempre fue muy bienvenido. La Señora Elsa y su hija Alejandra se esmeraron para que “los niños se fueran bien alimentados”. Y no la defraudamos. Incluso yo, a pesar de mi milanesa.

Después de solucionar algunos problemas eléctricos de la moto de Pipi, partimos rumbo a Taltal. La pasada por las calles de San Pedro no estuvo exenta de inconvenientes ya que la calle por donde salíamos estaba inundada. Cualquier motociclista habría pasado y ya. Pero los 10 Canquetos nos quedamos parados ante el charco pensando “como chucha lo hago pa no embarrar la moto?”. Al final, tuvimos que pasar nomás y cerrar los ojos.

Algunos pensarán, puta que son hueones… tanto alaraco por un poco de agua y tierra. Bueno, así es El Canqueto.

La salida de San Pedro fue espectacular. El sol, apenas saliendo por el horizonte, se derramaba por la cordillera de la sal. Precioso!

El camino hasta Calama tiene su dejo de tristeza ya que pasará todo un año antes de sentir nuevamente los olores y ver los colores de ese pueblo detenido en el tiempo. Con sus casa de abode, sus calles de tierra. Con el Licancabur siempre mirándolo y el Salar a un lado. El que no ha ido, no entiende ese imán que provoca San Pedro de Atacama.

Bueno. La ruta por el desierto es así. El silencio se rompe por el ruido de las motos y aparte de cerros a lo lejos, el azul del cielo y el pavimento que se pierde, no hay nada.

Llegamos a Calama para reambastecernos de bencina y descansar un poco, y partimos directo por la ruta 5 hasta La Negra, ese pueblo 100% industrial y sucio a cagarse. Por suerte no estaban los milicos, asi es que pudimos saborear los exquisitos hot dogs (¿?) del local en la Copec, desaguar las aceitunas y descansar un poco. De ahí, directo a Agua Verde, donde Desc anamos un poco, más bencina, más desagüe de aceitunas y darle hacia Taltal.

La bajada a Taltal es hermosa y muy rica pa dar un poco de bencina a los carburadores (o inyectores). Así es que le dimos a 140 (algnos: Willy, Pipi y el Maestro Chalo), le dieron a 160 mínimo. Al entrar al pueblo, nos reunimos y entramos todos juntos hacia Caleta Hueso que había crecido un poco con 4 cabañas adicioales!

El lugar es la raja. Como llegamos temprano, con el sol todavía arriba, pudimos disfrutar de un atardecer muy luminoso. Claro que antes se dio el nerviosismo colectivo de la repartija de las cabañas, aunque ya habiamos realizado el sorteo de quién dormiría en las camas grandes. Obviamente, y que no se pensara mal, los dejé ganar... (me creen?)

Se formó rápidamente una comitiva para ir a comprar la carne, ensaladas, vino , etc, para el asado de la nocha, ya que habíamos pedido el quincho.

Cuando llegaron los enviados especiales, supimos que también habían ido a visitar la sucursal de Din y Mambito trató de abrir una Cuenta Corriente y el Crédito asociado con el personal del establecimiento, pero al final se la negaron… a lo mejor tiene antecedentes…quién sabe?

Para que decir el asado!... Obviamente fue encargado a Pipi que nuevamente se lució!

Buena conversa, buen copete, buena carne, buena música con los DJ Jaguayan y Pipi y los infaltables chistes super-hiper-extra repetidos del Willy y los chequeos permanentes del estado del tiempo en Copiapó y el sur.

No tengo idea a que hora nos fuimos a acostar, pero estaba raja!

Las fotos... AQUI

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