martes, octubre 10, 2006

DIARIOS DE UNA MOTOCICLETA. Capítulo 2. Cuncumén

Me ha costado publicar este capítulo de mi diario de viaje, por cuanto ha sido sometido a una intensa censura por parte de mi dueño, obligándome a pasarlo primero por el Comité editorial de "Criterio" y después por el de "Contenido erótico" (?), será?, digo yo.
El paseo estaba anunciado a Cuncumén, pero por atrás (primera curiosidad ya que por detrás está el río Maipo y yo no soy moto de agua....pero bueno). Era la fantasía de Pancho, que no había ido la vez anterior y el líder quiso complacerle (así decían los peladores de siempre; una escucha no más).
Partimos desde la Copec de Costanera Norte, como ya está siendo habitual y estaba ella, la regia, la roja, la que le dicen la HRG o la HRT o lo que sea, pero a mí me encanta, seré lésbica? Y esta vez montada por su propio dueño, un paisano bien tincudo. El resto, las mismas de siempre: la blanca del Willy, las concho de vino del Dr. Campos y de Pancho y las habituales negras que me tratan de competir, como la de Rafita, esta vez con copilota, la de Daniel, de Luis, y la más loca de todas, la de Moncho que parece cualquier cosa, la desenfadada, que me da una rabia, y suena? como los dioses.
Nos fuimos por la Costanera Norte hasta Vespucio y después tomamos la Autopista del Sol y se suponía que debíamos doblar en el bypass hacia el Lago Rapel y todos lo hicieron menos...adivinen quienes no....los ahueo.... o algo así les dicen: el Pancho, sublíder, será?, el Chauán en su maravilla roja, el Lucho y yo la agilada, montada por mi dueño. Cuando perdimos de vista al grupo, tratamos de regresar pero no había caso, así es que tomamos la salida a Melipilla, pagamos el peaje e intentamos regresar por una lateral, paralela a la autopista e incluso Carabineros nos confirmó que por allí llegaríamos a encontrar el bypass y de allí la Copec, en donde sabíamos que nos esperaba el grupo. Y sí, encontramos el bypass, pero no pudimos encaramarnos y lo pasamos por debajo y doblamos hacia la izquierda y pasamos por debajo de la Autopista del Sol y tampoco podíamos subirnos a ella y ya estábamos entrando a Pomaire, cuando por fin los pilotos se decidieron a hacer lo correcto: devolvernos y entrar a Melipilla y tomar el viejo camino a Rapel y ahí nos encontramos todos en la Copec del puente del Ingeniero Marambio, y varios pusieron bencina, menos el Dr. Campos.
Reiniciamos el viaje por el camino a Rapel hasta el cruce las Arañas y allí tomamos hacia San Pedro y Rocas de Sto. Domingo y nuevamente la Autopista del Sol como volviendo a Santiago, pero en Puangue nos bajamos y tomamos el "único" camino pavimentado que lleva a Cuncumén, el mismo que habíamos hecho la vez anterior. Y así llegamos al Hotel Las Colinas de Cuncumén en donde nos esperaba don Ernesto, dueño del lugar, con un aparcadero lleno de sombra y nuestros jinetes se fueron adentro a almorzar algo así como carne al vino tinto, con papas rellenas y guarnición de vegetales cocidos, seguido por un postre a elección entre copa de helado o mote con huesillo. Parece que todo estuvo bueno porque no escuchamos quejas. Yo sí tengo una: nos deben pavimentar el acceso al hotel porque esos huevillos me hacen perder el equilibrio y todas las veces casi me caigo.
Hacía mucho calor y los pilotos se anduvieron enpiluchando y al salir tomaron hacia la izquierda y se encontraron que se acababa el camino pavimentando así es que nos volvimos y pasamos de nuevo por la puerta del hotel y parecía como que estábamos llegando por atrás, pero no!
Las colinas de Cuncumén son preciosas y el valle desde las alturas se ve maravilloso para ambos lados. Llegamos de nuevo a la Autopista del Sol y aceleramos hasta Melipilla en donde está el peaje y allí nos reagrupamos y adivinen qué! Pasó algo fantástico. El tipo rubio alto, ese que maneja una negra, hasta medio opaca digo yo, Daniel creo que se llama, le pidió a mi dueño jugar a las cambiaditas y mi dueño aceptó, y yo me sentí tan incómoda al principio pero se me pasó luegüito, cuando sentí sus fuertes muslos apretarme contra el estanque de gasolina y de allí me empezó a exigir, y me aceleraba y yo le respondía y alcanzamos los titantos kilómetros por hora y yo me sentía como en la nubes, pero duró tan poco, porque llegamos a la Copec del puente sobre la carretera y ahí mi dueño, más celoso, me lo quitó de encima y me volvió a montar él.
Ahí pasó otra cosa bizarra: la concho de vino, la nueva, la de 1.600 cc se quedó en pana de bencina la muy gil, se lo tomó todo en el camino y no alcanzó a completar los 300 Km. de recorrido y hubo que volver a reabastecerla con un tarro y una manguera, qué vergüenza!
Después que estuvimos todas llenitas de bencina reiniciamos el regreso, con una variante esta vez; en vez de llegar hasta la Autopista Central y de allí Costanera Norte, empalmamos Vespucio Norte hasta Costanera Norte y de allí a Santiago. Una llegada novedosa que vino a completar un paseo inolvidable en que nos acompañó el clima, el grupo, la solidaridad, el entusiasmo y una nueva copilota a quien le damos una cordial bienvenida. Pero sí extrañamos a la Vikinga.
Nos vemos la próxima!
NAOMI.

6 Comments:

Blogger Pancho Badia said...

Que buen comentario!!!

Naomí... te pasaste. Sigue así.

Dile a tu dueño que no te censure.

11:29 p.m.  
Blogger danielhenriquez said...

Buen relato, esta negra se las trae.

9:10 a.m.  
Blogger CLAUDIO RUBIO said...

Y eso que tuve que frenar a la Noemí, porque estaba desbandada y quería relatar tdas sus sensaciones y fantasías y éso...

9:18 a.m.  
Blogger Eduardo Mitjans said...

Bien Naomì,Buena nena.
Ya decia que prometia.
Claudio trendra que llevarle las riendas cortitas.
Ademas esta ganando mas admiradores.
ojo Claudio

11:33 a.m.  
Blogger ramon said...

Grande Naomi, estuviste exepcional, un besito te manda la rojita alocada, y no tengas miedo a la censura de tu dueño

1:45 p.m.  
Blogger Vikinga said...

Muy buen relato... casi tan poético como el de tu jinete, casi me sentí parte del grupo, sigue así negrita.

Y me encantó que me mencionaran yo también pensé en ustedes con harta envidia, pero por más cómoda que pueda estar en la Durango no se trata de llegar a destino sino cómo y en qué llegar, y así en 4 ruedas no tiene tanta gracia.. O me equivoco?

7:34 p.m.  

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