BLOG DEL CANQUETO, EL REGRESO

Cómo el mundo puede vivir hoy en día sin un BLOG? Yo estaba desesperado con la página en blanco. Necesito urgente ser adiestrado por el Superintendente de tecnología en la administración del BLOG, para que en su eventual futura ausencia, podamos hacer algo por tratar de repararlo. A propósito, y a pesar de lo que algunos piensan, yo sí sé quien fue la mano negra que lo descompuso, así que presiónenme un poquito y capaz que hable y diga toda la verdad. Hoy obtuve la evidencia misma.

Otrosí: El paseo de hoy fue todo un éxito. Seis motos, siete canqueteros (Ken y Rosario, Willy, Daniel, quien siguiendo mis sabios consejos logró que Coca le autorizara, Ramón y Percy y el corresponsal que escribe) nos dejamos caer en la siempre hospitalaria casa de los papás de Danilo en donde, desde la llegada misma, se notaba la preocupación por atender a este grupo de amiguitos del regalón. Danilo y Raúl nos salieron a buscar a la ciudad y escoltados por el propio dueño de casa hicimos nuestra entrada con moto y todo, al tradicional patio bajo el parrón.
Para quienes no fueron, adivinen qué fue lo primero que apareció sobre la mesa.....aaaahhhh? Piensen.....
El mantel pues, lógico...(avíspense) y después tres chanchitos desobedientes que sin permiso de su mamá fueron transformados en perniles picantes para la degustación de los Canqueteros. Pero no venían solos, sino que muy bien acompañados por pan calentito (como dice mi Nana peruana), y pebre, y qué pebre!!! Cuchillos de diferentes tamaños y muy bien afilados con sus respectivos tenedores eran la envidia de los cirujanos que miraban con sorpresa las habilidades de los motoqueros para ir cortando, rebanada por rebanada, esas exquisiteces, hasta que el líder metió su manito y un corte a fondo, a la yugular misma destruyó uno de los perniles. Daba casi asco seguir comiéndoselo, parecía que una gangrena hubiera matado al porcino. Pero en fin....Yo les advertía, especialmente a los novatos, que no comieran tanto pero nada, y seguían. Y de pronto aparece la primera ensalada a la chilena; daban ganas de bailar una cueca y gritar viva Chile! La cebolla blanca como la nieve de nuestras montañas hacía llorar de sólo mirarla y los tomates con ese rojo, propio de la sangre araucana (ya me puse hueón...). No faltó quien cuchareo desde la ensaladera misma, pero tenía que ser así. Y cuando uno cree que eso es todo, aparece la mamá de Danilo con la primera bandeja de empanadas. Habían comido Uds. buenas empanadas? Bueno les aseguro que éstas las superan. El pino más suave, con carne y pollo, cebollas amortiguadas, aceitunas y huevo duro de primera y una masa que es donde se ve la mano de nuestras mujeres. Yo personalmente ví a una de las hermanas de Danilo amasando y también a las tías y con qué gracia y dedicación lo hacían. Vino la primera y después la segunda y después no faltó quien pidió compartir una mitadita de la tercera y antes de un cuarto de hora estaban compartiendo otra mitadita y así se comieron cuatro o cinco. No ví gran derroche de vino, sino que lo justo para acompañar la comida, lo que es bueno como norma de conducta motoquera. Apostaría que se tomó más refresco que alcohol, por si a alguien le interesa el tema. Un bonito discurso de Willy que terminó con la entrega del regalo que le llevábamos a Danilo fue coronado con el Cumpleaños Feliz y la soplada de la vela que adornaba una torta hecha en casa, exquisita. A esas horas de la tarde ya había aparecido la novia de Danilo, con lo que aumentó aún más la hospitalidad. Los cafés y las aguas de hierba reemplazaron los bajativos y a las 4 nos dejó Ken y Sra. y nosotros emprendimos el retorno a las 5 P.M., después de una animada conversación de sobremesa. La tradicional detención en la Copec de la autopista del Sol y de ahí a Santiago entrando por Costanera Norte.
Mañana a votar y pasado a manejar hasta Lonquimay si las circunstancias así lo permiten.
Nos vemos, perdón nos vamos...