sábado, octubre 15, 2011

Canqueto Norte 2011 - dia 4

Dia 4

Lago Chungará


Lago Chungara

Despertamos tempranito en la mañana con mi viejo y fuimos a tomar desayuno, la primera discusión del día fue con el supervisor de turno, quien no nos dejaba abrir las cortinas porque invadía nuestra privacidad (siendo que nosotros mismos queríamos tenerlas abiertas). A medida que nos fuimos juntando en el desayuno, tipo 8 de la mañana salio la rusia del tatuaje arriba del poto, no se en que pieza habrá estado esa jajaja.

Después de tomar desayuno, nos juntamos todos afuera y buscamos la manera de arreglar el foco roto del Seba que se había quebrado, al final lo único que funciono fue el bendito masking tape...

Ya desde tempranito, algunos fueron arrugando a la subida del Chungará por problemas con la puna, Joelito se nos quedo abajo del paseo y aprovecho de darse unas vueltas por Arica mientras nosotros emprendíamos rumbo a el Lago.

Para el paseo habian 2 alternativas, 1 era parar en putre, echar un poco de bencina para después bajar sin problemas y la otra era subir con lo justo y bajar a la vela desde Chungará. Optamos por la primera opción de echar bencina en Putre, donde costaba unos $1.000 el litro. Luego de esta parada, seguimos con el recorrido a dar la vuelta a la bandera.

Estábamos a unos 40 kms de el Lago cuando nos topamos con un camino de tierra... muchos pensaban de que iban a ser solo unos pocos kms de ese camino de mierda, pero NO, fueron los 40 kms enteros! Lleno de hoyos, arena que al pasar te muchos estuvieron a punto de irse a piso, camiones que cuando pasaban hacia el otro lado te empolvaban entero, pero al final todo valía la pena para llegar al final del camino.

Al llegar al Lago, a Marcelo se le ocurre la brillante idea de poner las motos en un muellesito de mimbre que había, brillante idea viejo! por suerte no lo hicimos.

A la vuelta, después de que tanto decía que no me iba a apunar, se me ocurrió prender un cigarro mientras esperábamos al banderillero, malísimo idea, termine apunadísimo y siendo el único en sufrir esta desagradable sensación.

Mas o menos a la mitad del camino, cuando ya estábamos todos chatos de comer tierra, Panchito se da cuenta de que la suspensión estaba perdiendo liquido. Gracias a esta pana fue que pudieron conocer el taller con el que cualquier amante de las motos quisiera. Como Panchito no se podía ir muy rápido, la mayoría bajo a la vela, buenísima experiencia, se pudo disfrutar de todo el camino de manera muy agradable.

Llegando al hotel salimos a comer y a la vuelta adivinen con quien nos encontramos...... la RUBIA de nuevo, golosa la tipa esa.

Luca de Petris

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