sábado, octubre 14, 2006

Reflexiones sobre HD

Una Harley-Davidson no es solo una motocicleta. Es un respetado ícono estadounidense que ya cumplió 100 años, una ofensa para las sensibilidades exageradas, una escultura rodante, un club, un grupo de apoyo, una fantasía, una ruidosa declaración de independencia, una forma de vida, una religión, una obsesión y tal vez el objeto de la mejor campaña publicitaria en la historia de la humanidad.

La Harley es una aportación estadounidense al mundo, tan grande como los Levi´s, el McDonald´s y la Coca-Cola. A diferencia de las
motocicletas fabricadas por otras marcas, que se utilizan hasta que se descomponen y luego se desechan, casi todos los modelos de la historia de Harley se pueden encontrar en las calles y además nunca se deprecian.

Aunque es difícil definir que es lo que convierte una Harley-Davidson en una Harley, podríamos resumirlo en tres cosas: la imagen, el sonido y la sensación únicos de esa moto.

Ninguna otra motocicleta ha capturado con éxito la imagen de Harley, desde la BMW hasta la Yamaha, todos han tratado de imitarla, pero sus productos siempre han quedado sólo como copias.

Una Harley se escucha como una Harley. Es una combinación de ruidos de la biela, del sonido de un motor no amortiguado enfriado por aire poco revolucionado, tan identificable y memorable como una voz humana. Con o sin silenciador, el sonido seguirá escuchándose como una Harley.

Una Harley no es una motocicleta para conducir con rapidez. Pesa demasiado. Pero dentro de sus parámetros de diseño es una delicia conducirla. Esta bien equilibrada en los extremos, así que se conduce bien en las curvas. La poca altura del asiento, su peso equilibrado y su potencia moderada convierte a la Harley en la mejor opción para conductores novatos o de baja estatura. Además de que casi todas la piezas poseen mas ingeniería de la que debieran, lo que las hace parecer indestructibles.

La enorme mística de la Harley tiene que ver con la actitud, una sensación de pertenencia provocada por la posesión de la moto. En una sociedad que adora el motor de combustión interna, conducir una Harley-Davison representa su máxima expresión. La libertad de ir a cualquier lado, de escapar a donde se quiera. Solos con la
motocicleta, el viento y un motor que ruge como única compañia.

Texto extraído de http://www.blog.com.mx/tecnologia/harley-davidson/

1 Comments:

Blogger willy said...

yo no estoy de acuerdo....creo que todo eso es marketing....las motos son como las huevas......fallan en las condiciones mas increíbles y jamás lograrán darte el placer, el confort, el agrado, el deleite y la comprensión que da una negrita.....especialmente si tiene entre 30 y 45 años y el potito bien parado......



( extractado de mis vivencias personales)

6:15 p.m.  

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